La libra cae a mínimos desde 1985 a causa del mayor recorte de impuestos en 50 años a medida que el alza de precios sigue y con un BoE cada vez más restrictivo.

Si la inflación subyacente, sobre la que tienen mayor control los bancos centrales, no está retrocediendo, las posibilidades de que estemos llegando a un punto de inflexión en el alza de precios se desvanece.

La muerte de la Reina llega en uno de los peores momentos económicos para el Reino Unido, con una inflación de 10% siendo la más alta de los países desarrollados.

Datos de empleo generan optimismo momentáneo en Wall Street a medida que podría recudir el ritmo de alza de tasas de la FED previo a la reunión de septiembre.

La FED debe priorizar la estabilidad monetaria y poder adquisitivo de la misma, por encima de no lastimar a los mercados financieros.

En materia económica parece que nuestros líderes no aprenden del pasado, nos han regresado a problemas que no veíamos desde hace casi un siglo.

Cuando los primeros ahorcados por esta crisis de deuda por el exceso de liquidez comiencen a saltar, veremos más claro hasta dónde nos puede llevar la siguiente caída.

Desde febrero, el dato de inflación ha superado el consenso esperado por los analistas, si este mes repetimos ese patrón, podríamos esperar una reacción bajista en las bolsas.

Un nuevo ajuste en los mercados podría darse cuando las falsas expectativas positivas generadas en la economía se congelen cuando los datos evidencien que no hemos visto lo peor.

Si el mercado no ha terminado de incorporar las estimaciones negativas de la economía, una caída más en las bolsas de valores parece solo cuestión de tiempo.